Siempre recordándolo perfectamente, como si nunca se hubiera dado el último segundo de su vida, recordando todo como si hubiera sido ayer. Siempre teniéndolo presente en nuestras mentes, siempre emocionados al vivir cosas que nos lo recuerdan y amándolo profundamente cada día más en lugar de amarlo menos. Pensando más en él, en lugar de olvidarle. Grabándonos su vida como si fuera un cuento para poder contar a todos sobre él. Siempre admirando su grandeza y con la certeza de que no existe alguien semejante en este mundo, no vamos a encontrar otro abuelo Ricardo como el nuestro. Por eso lo mantenemos con vida dentro de nosotros...
Las lágrimas que más duelen, son las que nunca se lloran. Déjame ser un pedacito de tu mundo, aunque parezca absurdo, te haré muy feliz.
Me dijeron que contigo todo es perfecto, el agua no moja, el fuego no arde y el frío no duele en los huesos.
martes, 13 de marzo de 2012
Partió su nave y quedamos todos parados en el tiempo, tildados sin saber que hacer ni como seguir. Esperando que alguien nos diga por él como debía ser esto, qué debíamos hacer de ahí en adelante. Quedamos totalmente perdidos como si el capitán de un barco hubiera abandonado su tripulación, quedamos todos a la espera y sin poder reaccionar. Tal vez con el tiempo encontramos la marcha, fuimos siguiendo de la forma que más fácil se nos hacía, cada uno se fue armando su vida y fue creciendo, de formas sorprendentes logramos metas increíbles y crecimos fuertes, cada uno tomó de él el mejor ejemplo e hizo de ello algo increíble. Nos guardamos su recuerdo y lo mucho que nos fue enseñando, pensamos en cómo seguir su ejemplo y tomamos la decisión de copiarlo en lo que nos pareció correcto. Somos parte de él y de lo que nos pudo dejar, sin dudar en que había mucho más por conocer. Somos parte de su educación y vivimos agradecidos por esto, sin lograr aceptar que un día dios le dijo basta a su tiempo y decidió llamarlo a su reino. Sin poder entender por qué no sigue aquí con nosotros, guardándonos lo que teníamos para dar y quedando en deuda por no haberlo podido recompensar a tiempo. Siempre sabiendo que se fue antes de lo que pensamos que se iría y sorprendidos de lo rápido que paso su tiempo, imaginando lo que hubiera sido si habría podido estar presente en ciertos momentos, haciendo todo con la esperanza de que nos esté viendo en donde sea que se encuentre y sintiéndose orgulloso de cada logro o decisión que vamos tomando.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
~ Opiñones Flasheras ~