Pasos lentos pero muy fuertes y con intensidad, mucha bronca y dolor. Con los ojos llenos de lágrimas alejándome de la felicidad, por mi espalda se escuchan risas y diversión de personas que allí festejan ese día, mientras tanto frente mío veo borrosamente entre las gotas en mis ojos, un camino que me lleva a la soledad de aquel lugar al que me dirijo. Pensando en llegar a la paz total de pasar unas horas sola, abrazarme a la almohada y llorar sin detención alguna. Sentir el alivio de poder consumirme en llantos sin que nadie me vea, mientras otros festejan un día tan importante yo dedico mi tiempo a descargar mis problemas. El dolor que me consume y el amor que no me deja decirle a esa persona todo el mal que me está causando, la preocupación al ver mi estado que me lleva a querer decirlo todo y la impotencia de no poder hacerlo. Como decirle que sus actitudes me hacen tanto mal, que es su responsabilidad lo que estoy viviendo? No poder explicar que es lo que me sucede y por lo tanto condenarme a una vida tal cual está sucediendo. Encaminarme a una tarde de soledad, a estar encerrada en aquel lugar, pensando en poder llorar mis problemas y sacarme todo lo que pesa dentro mío, pensando en quedarme dormida cuando se agoten mis fuerzas y despertar renovada. Despertar luego sin que ningún dolor, pensamiento o problema esté solucionado, pero despertar con mas fuerzas para seguir luchando y tomando todo con cierta calma. Tener como meta el echo de nunca explotar, simplemente buscar la paciencia para nunca llegar a largar todos los pensamientos, querer hacer que todo sea lo menos grave posible, guardarnos absolutamente todo para llevarlo hasta la tumba, y no soltarlo jamás para no lastimar a quien se quiere. Por lo tanto me encamino a pasar unas horas sola, llorar para no terminar descargando mis problemas de la forma equivocada y tener la esperanza de que volveré a salir al exterior... nuevamente con fuerzas para en enfrentar mi mundo.