Y pude sentir calor en tu piel, al rozarse tus brazos con los míos nació una sensación de escalofríos que murió cuando me hablaste suave al oído y mencionaste eso que tanto me intrigaba saber ya que en ese momento no lograba oírte,mi corazón repetía fuertemente, casi se podría decir que a gritos dos palabras de inmenso pesar.
Y quedé congelada en ese momento de la misma manera que tu lo hiciste, mirando hacia lo lejos por tu espalda el sol que allí se encontraba, pensando que por primera vez en mi vida iban a ser dos soles los que se encontraban delante mío y sin dejar de escuchar a mi corazón gritar esas fuertes palabras.
Actuabas como si nada en ti pudiera reaccionar y en ese momento fue que comprendí que los dos sentíamos lo mismo, entonces supuse que tus palabras en mi oído eran un "TE AMO" como aquellas que mi corazón había despedido y me habrían impedido oírte.