
Sonreías y demostrabas felicidad como siempre lo habías hecho, pero no sé bien por qué esa vez nada creí, tenía un presentimiento de algo estaba mal. No quería soltarte, pero tampoco podía retenerte, sólo tuve que pensar por un momento que volverías con otro abrazo como de costumbre.
Y no volviste, no volvieron tu abrazos, ni volvió tu sonrisa. Sólo me quedan recuerdos de los que vivo y fotos que de a poco que ponen amarillas. Pero ya no más contacto directo tu cuerpo con el mío, ahora todo lo vivo en imagenes que no logran ser tan perfectas por más que te dibujen excelentemente bien. Aquél fue nuestro último abrazo y hoy más que nunca estoy segura de que aquél día no me equivoqué.
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~ Opiñones Flasheras ~